
Abolición total del patriarcado exigieron cientos de mujeres que avanzaron rumbo al monumento a la revolución.
Ciudad de México/ Marzo 2011
18 Organizaciones aglutinadas en el Comité Organizador de la Marcha Lésbica (COMAL) entre las que destacan colectivos de Chiapas, Oaxaca, Zacatecas, Puebla, Baja California Norte, Veracruz, Edomex, Aguas Calientes y Quintana Roo llevaron a cabo este 19 de Marzo la quinta edición de la marcha lésbica de la ciudad de México.
Según la prensa local la movilización considerada una de las jornadas de reivindicación lésbica mas importante de América Latina partió del zócalo capitalino rumbo al monumento a la revolución con la asistencia de cerca de 2 mil mujeres, las cuales al final de la marcha pudieron disfrutar de una serie de actividades recreativas como el tianguis cultural lésbico feminista, mesas de información, y un Tapiz de Aserrín coordinado por la Artista Plástica Lilia Valencia, cuyo tema central fue la marcha y la solidaridad con las mujeres que han sido desaparecidas y asesinadas en Cd. Juárez y otras ciudades del país.
Las organizadoras de la marcha destacaron además que el motivo de la movilización fue reclamar y reafirmar su derecho como mujeres a la autonomía sobre sus propios cuerpos, así como exigir un alto al elevado índice de feminicidios que se cometen diariamente en el país.
El “COMAL”, también destacó que a partir del 2003 se lleva a cabo la marcha lésbica en el mes de marzo y que a diferencia de la marcha gay que tiene un carácter mercantil y sin contenido social, lo que ellas organizan es una manifestación política no partidista, que reivindica la liberación de todas las mujeres oprimidas del mundo en pro de la creación “de una nueva sociedad”.
“Hay hombres que cuando nos besamos nos gritan en la calle ¡yo te hago mujer! y otras chavas nos dicen que qué asco, que para qué hacemos eso”. Confiesa Daniela de 25 años para el diario nacional “MILENIO”. Acompañada de su novia, confiesa que descubrieron su orientación sexual desde la secundaria. Para junio planean firmar el papel que legalice su unión. “Hace falta más educación para que la gente nos acepte”, concluye.
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