Encabezadas por el Colectivo Lésbico Universitario, cerca de 400 personas llevaron a cabo "la primera marcha por la visibilidad lésbica" de Guadalajara.
Diario MURAL/ Alina Midori Hernández
Guadalajara, México (6 marzo 2011).- La bandera arcoiris estaba tendida frente al Paraninfo de la UdeG y aún no llegaban todas las mujeres, pero los gritos y el Sol elevaban la temperatura de las manifestantes.
Estaba por empezar la primera marcha organizada por lesbianas que buscan reconocimiento como grupo social consolidado y de sus derechos ante autoridades locales.
"La historia la hacemos nosotras todos los días pero, como sabemos, estamos en un Gobierno patriarcal, machista y panista, para acabarla. Por eso estamos aquí, para que ya no se pregunten, ¿dónde están las lesbianas?", decía en el altavoz Paulina Flores López, miembro del Colectivo Lésbico Universitario.
Mientras se agilizaba la espera para el banderazo de salida, sobre Avenida Juárez se agrupaban universitarias del CUCSH, CUCS, CUCEI, CUCEA, y de las Preparatorias 7 y 11. Para demostrar su solidaridad, también se unían hombres de grupos pro diversidad sexual, y heterosexuales que apoyaban el reconocimiento de la comunidad lésbica en Guadalajara.
"Hoy vamos a prestarle todos nuestros cuerpos, nuestras voces, nuestras consignas, nuestra garra a todas las mujeres que no pueden salir porque no tienen las condiciones necesarias y no han tenido nuestra historia y nuestra garra para salir. Hoy nosotras sí salimos del clóset por la puerta grande, chicas", decretaba Paulina antes de marchar.
Sobre la Avenida Enrique Díaz de León y después por Hidalgo, poco a poco se fueron sumando hasta llegar a un contingente de alrededor de 400 personas.
"¡En mi cama mando yo!", gritaban las mujeres que atravesaban las cuadras rumbo al Centro Histórico.
Y mientras avanzaban, los curiosos de los comercios vecinos se mostraban sorprendidos de ver una marcha donde la mayoría eran mujeres.
"¿De qué es la marcha?", preguntó el dependiente de una mueblería. "Es la de los gays", le respondió una señora que señalaba las banderas que ondeaban con todos sus colores.
A la par de que los agentes de Vialidad les abrían paso entre los autos, aumentaba el volumen de los gritos y del número de marchantes.
"¡Fuera sotanas de nuestras camas. Fuera rosarios de nuestros ovarios!", entonaban en el cruce de Avenida Federalismo, donde los automovilistas hacían sonar el claxon y un motociclista aceleraba su motor.
Desde ese lugar, el punto clímax —Plaza Guadalajara—, ya se alcanzaba a ver y los nervios de las organizadoras se iban sumando al contingente.
Cuadras adelante, la congregación final se hizo frente a la Catedral.
"Me llena de satisfacción profunda ver a tanta mujer reunida hoy", agradecía Karina Velasco Michel, representante del Colectivo Lésbico Universitario.
"Si formamos parte de la comunidad LGBT, ¿por qué somos más invisibles que los gays? Fundamentalmente porque somos mujeres, y las mujeres han sido invisibles en la historia", seguía Karina en su discurso.
En el remate de la marcha, las consignas prometieron más movimiento y exigencias por parte de la comunidad lésbica.
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