¿Te han discriminado alguna vez?

REVOLUCIÓN ARCOIRIS.


Hace unos días, mientras caminaba por la ruidosa avenida 16 de septiembre aquí en Guadalajara, tuve la oportunidad de observar a dos mujeres que caminaban tomadas de la mano luciendo en sus muñecas pulseras arcoiris. Caminaban lenta y alegremente, una de ellas estaba embarazada. Para mí, fue una imagen de esas que marcan de por vida, profundamente enternecedora, porque aún cuando existe un ala gobernante empecinada en instaurar un modelo de familia único y heterosexual, las familias diversas siguen sonrientes abriéndose camino, demostrando día a día que como a sido siempre, la sociedad está cambiando.

“Abrirse camino” es una expresión fundamental para entender como se está trasformando esta ciudad ante la emergencia de una comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y trans VISIBLES considerando como importante el contexto político en el que se desarrolla: los cristeros y los oportunistas siguen siendo gobierno.

La emergencia de la comunidad a mi entender se encuentra impulsada por dos factores importantes: Un movimiento LGBT que reivindica desde hace 3 décadas la existencia de la diversidad sexual y una comunidad que está llevando a cabo la llamada “revolución silenciosa”.

Del movimiento, es decir de la comunidad LGBT políticamente organizada, podemos decir que surgió hace 30 años cuando un hombre llamado Pedro Preciado agrupó a varias decenas de homosexuales en la primera organización gay de Guadalajara (llamado Grupo Orgullo Homosexual y Liberación) y salió con ellos a las calles a demostrarle a conservadores y liberales que no solo existimos sino que también aportamos a esta sociedad.

En esta ciudad existió un activismo duro de corte radical que hizo frente a la ultraderecha de 1981 a 1993 consolidando a la urbe como el bastión de la resistencia gay más importante del país, de 1994 al año 2000 diezmado por la epidemia del SIDA y la falta de liderazgo político la extrema derecha logró arremeter contra el movimiento perdiéndose mucho de lo políticamente ganado, del año 2000 al 2008 prácticamente en la lona el movimiento reducido y debilitado pudo celebrar apenas una marcha anual del orgullo gay que además fue consumida rápidamente por los intereses del mercado rosa y la burguesía que lo dirige dejando este de ser un espacio para la reivindicación de demandas y solo a partir de 2009 con la aparición de nuevos actores políticos, el impulso de las batallas ganadas en el distrito federal y el rompimiento radical de muchos viejos esquemas que mantenían atrapado al movimiento, se experimentó una rápida transformación política que a corto plazo le ha devuelto a la ciudad su papel trascendente e importante en la batalla del movimiento LGBT a nivel nacional por la liberación.

En efecto, si leemos con detalle lo antes expuesto podemos deducir que el movimiento LGBT diezmado tanto por la derecha como por el divisionismo y la falta de claridad en los objetivos políticos perdió importantes 15 años de lucha. Sin embargo, pese a ese largo periodo histórico de activismo reducido nunca se detuvo aquello que sociólogos en todo el mundo refieren como la “revolución silenciosa” entendida en el contexto del movimiento de liberación gay como aquellas interacciones cotidianas entre los individuos que están socialmente prohibidas pero que al llevarse a cabo tanto en lo público como en lo privado generan una transformación social porque cuestiona (y confronta) en esa cotidianeidad justamente a los grupos que legitiman dichas prohibiciones.

La “revolución silenciosa” es un concepto mas complicado de lo que parece. Es revolución porque lo que hacen los individuos implicados es diferente y como ya dije anteriormente confronta y cuestiona lo ya establecido. Es silenciosa porque se lleva a cabo en lo micro social: entre dos personas, un grupo de amigos, de empleados o en la familia.

En términos generales y aplicado al contexto del movimiento LGBT la revolución silenciosa se manifiesta cuando las persona homosexuales (es decir disidentes del orden establecido) rompen con las normas que niegan la homosexualidad y por ejemplo, manifiestan públicamente una relación afectiva con alguien del mismo sexo o salen del armario ante sus amigos, compañeros de trabajo o ante su familia.

Para que pueda considerársele además como una revolución a estas acciones del individuo en su cotidianeidad tiene que ser una acción colectiva, es decir muchos individuos mostrando relaciones afectivas públicas en lo cotidiano y muchos mas saliendo del closet ante los círculos sociales en los que convive, ya que esto implica que la batallas en lo micro social por legitimar nuevas formas de ser y convivir generan un cambio en la visión de toda una sociedad, sencillamente porque esta se conforma por esos pequeños círculos sociales donde esa batalla por la transformación se está debatiendo y avalando cada vez con mas fuerza.

La revolución silenciosa en Guadalajara que comenzó en el submundo antes de que naciera el movimiento de liberación gay, se visibilizó en el espacio público cuando el movimiento tomó las calles, se mantuvo cuando dicho movimiento entró en un estado de decline y se aceleró rápidamente cuando en otras regiones mas afortunadas en lo político se legitimó la existencia de la diversidad sexual en lo institucional, ello aunado a un movimiento organizado y cada vez mas fuerte y profundamente revolucionario por su agenda de “romper esquemas”, son las dos grandes expresiones que han empujado la transformación de esta ciudad, la “revolución arcoiris”.

No tengo datos cuantitativos y sin embargo puedo suponer por lo que como activista diariamente veo, que sobre todo los más jóvenes son los militantes inconscientes mas comprometidos con la revolución silenciosa que está generando al decir “soy gay” o “soy lesbiana” en la calle o en su casa las condiciones sociales para que haya transformaciones políticas que obliguen a reconocer la existencia de la diversidad sexual y a legitimar los cambios que sean necesarios para que un grupo históricamente en desventaja como lo es el LGBT deje de estarlo.

El día de ayer justamente una mujer de unos 40 años me platicaba lo doloroso que ha sido para ella que su hijo (de 15 años) le confesara recientemente que es homosexual. Esta valiente mujer que llora amargamente cada que habla del tema no es la única que vive en esa situación y seguramente tampoco es la única que a pesar de todo, está dispuesta a enfrentarse a sus prejuicios y temores antes que a fracturar para siempre la relación con uno de sus hijos. Esta es la revolución silenciosa que se da en la privacidad de una relación madre-hijo pero que implica un frente de batalla importante por manifestarse en la unidad más conservadora de la sociedad: la familia y que implica que cuando estas pequeñas unidades cambian, la sociedad lo hace también, a veces incluso más rápido de lo que queremos creer.

Dos mujeres abrazadas cariñosamente en un plaza pública abarrotada, dos hombres que se besan apasionadamente en una estación del tren donde hay decenas de personas, un joven que confiesa a sus amigos o compañeros de trabajo su orientación bisexual, una bandera gay que ondea en la ventana de una casa cualquiera en un barrio de la ciudad cualquiera donde vive una pareja homosexual casada, cientos de personas en una marcha que reivindica el enorme e importante aporte que hacen a la sociedad las mujeres lesbianas, dos mujeres que caminan tomadas de la mano esperando un hijo o una mujer que cada vez está mas convencida de que su hijo homosexual tiene derecho a la felicidad son solo ejemplos tangibles de una revolución que ya comenzó, que nadie puede negar y que nada, absolutamente nada puede detenerla.

José Eduardo Rodríguez Pérez.

Domingo 13 de marzo de 2011/ Guadalajara, México.

1 comentario:

  1. ...el ultimo parrafooo wooooow!!!! excelente mis respetos a Jose Eduardo Rodriguez Perez... Bn

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