¿Te han discriminado alguna vez?

FIDEL CASTRO ASUME SU RESPONSABILIDAD EN LA PERSECUCIÓN A HOMOSEXUALES EN CUBA.

- El ex presidente cubano dice que asume y lamenta la sistemática discriminación a homosexuales que su gobierno ejerció durante cerca de medio siglo.

- Centenares de gays fueron condenados a trabajos forzados. "Fue una gran injusticia", dice el ex presidente cubano.


Imagen: Bnaderas cubana y gay ondean en una fiesta gay en una playa en la isla de Cuba. A partir de 2005 en el pais las cosas comenzaron a cambiar en beneficio de la comunidad LGBT perseguida durante 5 decadas bajo el regimen de fidel castro.

Cuba. 31/Agosto/2010.
El ex presidente de Cuba, Fidel Castro, dijo que “si hay que asumir responsabilidad, asumo la mía. Yo no voy a echarle la culpa a otros (...)" en referencia a la sistemática política de discriminación y marginación que su gobierno implementó contra las personas homosexuales.


En declaraciones al diario mexicano La Jornada, Castro dijo que él fue el máximo responsable de las políticas que enviaron a cientos de homosexuales a campos de trabajos forzados acusándolos de "contrarrevolucionarios" y que otros tantos más acabaran en el exilio.

"Sí, fueron momentos de una gran injusticia, ¡una gran injusticia!, la haya hecho quien sea. Si la hicimos nosotros, nosotros (...) Estoy tratando de delimitar mi responsabilidad en todo eso porque, desde luego, personalmente, yo no tengo ese tipo de prejuicios (…)",
agregó.

"Si alguien es responsable, soy yo", dice. Aunque se justifica: "En esos momentos no me podía ocupar de ese asunto. Nosotros no lo supimos valorar... Teníamos tantos problemas de vida o muerte que no le prestamos atención... Piensa cómo eran nuestros días en aquellos primeros meses de la Revolución: la guerra con los yanquis, el asunto de las armas, los planes de atentados contra mi persona..."

Un poco de Historia.

La revolución cubana alcanzó su triunfo en 1959 para sorpresa del mundo entero. Desde entonces lo que figuró ser una revolución para liberar al hombre de la explotación irónicamente desencadenó una brutal represión de Estado contra unos muy particulares sujetos de la población: los homosexuales.

La persecución inició a principios de 1962 y en plena consolidación del nuevo régimen cuando El Ministerio del Interior ordenó que se llevaran a cabo redadas policiales para detener a los religiosos, los opositores a la forma de gobierno, las prostitutas y el colectivo homosexual. Estas redadas se llevarían a cabo durante todos los días siguientes por todo el país sumando un asombroso número de 25 mil detenidos a finales de ese año quienes serian llevados por la fuerza en trenes, camiones y autobuses hacia zonas agrícolas, para realizar trabajos forzados, sobre todo en el corte de caña. . Se les albergó en barracas insalubres, ubicadas en campamentos cercados con alambre de púas y fueron custodiados por efectivos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) para impedir que escaparan.

En una entrevista concedida al periodista Lee Lockwood y publicada en el libro Castro's Cuba, Cuba's Castro, Fidel Castro dice:

"Nunca hemos creído que un homosexual pueda personificar las condiciones y requisitos de conducta que nos permita considerarlo un verdadero revolucionario, un verdadero comunista. Una desviación de esa naturaleza choca con el concepto que tenemos de lo que debe ser un militante comunista (…) Pero sobre todo, no creo que nadie tenga una respuesta definitiva sobre la causa de la homosexualidad. Creo que debemos considerar cuidadosamente este problema. Pero seré sincero y diré que los homosexuales no deben ser permitidos en cargos donde puedan influenciar a los jóvenes".


Tales declaraciones desencadenaron en breve tiempo una segunda violenta oleada de persecución hacia los pocos homosexuales que de una u otra forma habían logrado escapar de las interminables redadas nacionales. Se les expulsa de actividades profesionales, en particular del sector cultural, y de universidades en donde fueron objetos de grandes purgas. Se realizan humillantes juicios públicos donde se les obliga confesar sus “vicios”. Cientos de ellos son obligados a renunciar a sus empleos.


En tanto los homosexuales detenidos en las UMAP (Unidades Militares de Apoyo a la Producción) se caracterizaron por ser los más desdichados de entre los prisioneros. Los hombres gay por lo general eran el grupo mas sometido a constantes vejaciones físicas y verbales.


La rudeza de los trabajos condujo a muchos hasta a auto-mutilarse. Aquellos que se negaban a tocar las armas, se les enterraba hasta la cintura, para impedirles moverse y se les amarraba un fusil debajo del brazo. Otra tortura, consistía en amarrarlos desnudos de un palo con alambres de púas en medio del patio a pleno sol para que de noche los picaran los mosquitos.

Las UMAP son cerradas en 1968 pero los homosexuales no recuperan su libertad. Al contrario, son trasladados a prisiones donde comparten celda con los asesinos, los ladrones y los traidores a la revolución. La homofobia de Estado no termina ahí. Ese mismo año en un discurso en la Plaza de la Revolución, Fidel Castro arremete contra el colectivo homosexual ante miles de personas diciendo:

"En nuestra capital, en los últimos meses, le dio por presentarse un cierto fenomenito extraño, entre grupos de jovenzuelos, y algunos no tan jovenzuelos (…) que les dio por comenzar a hacer pública ostentación de sus desvergüenzas. Así, por ejemplo, les dio por comenzar a vivir de una manera extravagante, reunirse en determinadas calles de la ciudad, en la zona de la Rampa, frente al hotel Capri…".


En 1969 Abel Prieto Morales publica en el número 113 de la revista Bohemia el artículo "La homosexualidad", en el que refiere:

"los adultos homosexuales son numerosos, y están en todos los medios y en todas las profesiones; muchos son a la vez heterosexuales y homosexuales. El hecho no se reduce a reconocerlos ni a desconocerlos, sino a evitar que sean factores de contagio. Para ello, lo recomendable es, básicamente, procurar que no sean conductores de juventudes y tengan el menor contacto posible con la niñez que surge".

Del 24 al 28 de abril de 1971 se celebra en La Habana el I Congreso de Educación y Cultura. Las autoridades competentes concluyen que "no es permisible que por medio de la calidad artística reconocidos homosexuales ganen influencias que incidan en la formación de nuestra juventud (…) Se sugirió el estudio para la aplicación de las medidas que permitan la ubicación en otros organismos de aquellos que, siendo homosexuales, no deben tener relación directa en la formación de nuestra juventud desde una actividad artística o cultural…".

"Se debe evitar que ostenten una representación artística de nuestro país en el extranjero personas cuya moral no responda al prestigio de nuestra revolución. Se deben Solicitar penas severas para casos de corruptores de menores, depravados reincidentes y elementos antisociales irreductibles".

El Comandante en Jefe y primer ministro Fidel Castro asiste a algunas de las sesiones en el Congreso y José Ramón Fernández, ministro de Educación, comparece en la televisión y explica las posiciones tomadas.

Se aceleran los despidos de artistas e intelectuales "de vida amoral, extravagante o escandalosa". De semejantes despidos se salvan el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), Casa de las Américas y el Ballet Nacional de Cuba, bajo el amparo ofrecido por la dirección de Alfredo Guevara, Haydée Santamaría y Alicia Alonso, respectivamente.


En marzo de 1974, se aprueba la Ley 1267, que modifica la Ley 1166, de Justicia Laboral, a la que se agrega el inciso J, relativo a "El homosexualismo ostensible y otras conductas socialmente reprobables que proyectándose públicamente, incidan nocivamente en la educación, conciencia y sentimientos públicos y en especial de la niñez y la juventud por parte de quienes desarrollen actividades culturales o artístico-recreativas desde centros de exhibición o difusión". La Ley 1267 lleva la rúbrica del presidente Osvaldo Dorticós y del primer ministro, Fidel Castro.

Entre abril y septiembre de 1980 durante el éxodo de Mariel y donde alrededor de 125 mil cubanos abandonan la Isla con dirección a Estados Unidos, El gobierno cubano deporta a enfermos mentales y presos comunes. Alentados por las autoridades de la Isla, se realizan actos de repudio en contra de los que se quieren ir. Los homosexuales, catalogados como antisociales, son incluidos en la nómina de "indeseables, apátridas y lumpens".

El 30 de abril de 1980 entra en vigor la Ley 62, por la que se aprueba un nuevo Código Penal que, en su artículo 303, titulado "Escándalo público", expresa: "Se sanciona con privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas al que: a) importune a otro con requerimientos homosexuales; b) ofenda el pudor o las buenas costumbres con exhibiciones impúdicas o cualquier otro acto de escándalo público; c) produzca o ponga en circulación publicaciones, grabados, cintas cinematográficas o magnetofónicas, grabaciones, fotografías u otros objetos que resulten obscenos, tendentes a pervertir y degradar las costumbres".


Según disposiciones complementarias, a los maestros o encargados en cualquier forma de dirección de la juventud que sean declarados culpables de violar, entre otros, dicho artículo "se les impone la sanción accesoria de prohibición permanente para el ejercicio del magisterio o de cualquier otra función de dirección de la juventud".

En 1992 En declaraciones al periodista Tomás Borge, recogidas en el libro Un grano de maíz, Fidel Castro da señales de amnesia histórica:

"No voy a negar que, en cierto momento, esta cosa machista influyó también en un enfoque que se tenía hacia el homosexualismo. Yo personalmente —tú me estás preguntando mi opinión personal—, no sufro de este tipo de fobia contra los homosexuales. Realmente, en mi mente, esto nunca ha estado y jamás he sido partidario, ni he promovido, ni he apoyado políticas contra los homosexuales. Eso correspondió, yo diría, a una etapa determinada y está asociado mucho con esa herencia, con esa cosa del machismo. Trato de tener un argumento más humano y más científico del problema. Esto muchas veces se convierte en tragedia, porque hay que ver cómo piensan los padres; incluso hay padres que tienen un hijo homosexual y eso se convierte para ellos en tragedia, y uno no puede sentir sino pena porque una situación de ésas ocurra y se convierta también en una tragedia para el individuo".

El 24 de agosto, y sin ningún argumento valido la policía cubana realiza una redada de grandes proporciones contra los gays que participan en la fiesta de El Periquitón. La acción policial que registra varios cientos de detenidos, también informa al estado para sorpresa de este que entre los detenidos se encuentran el cineasta español Pedro Almodóvar, la transexual Bibi Andersen y el modisto francés Jean Paul Gaultier.
Todos son llevados a estaciones de policía y liberados al día siguiente. Se les impone una multa de 30 pesos mientras tanto Los organizadores de la fiesta son trasladados a la prisión de 100 y Aldabó, en La Habana, donde permanecen varios meses.


En febrero de 2001, un editorial del semanario oficialista Tribuna de La Habana, firmado por su director, Ángel Rodríguez Álvarez, arremete contra los gays y los travestis que se reúnen en el malecón habanero, frente a la cafetería FIAT. El periodista considera que se debe negar el espacio público a personas que califica de "prostitutas, proxenetas y estrafalarios". Sobre los travestis, dice que son una "figura desdichadamente extendida por el mundo, pero casi desconocida en Cuba". Bajo el amparo de tales declaraciones, se efectúan violentas redadas policiales con el fin de arrebatar a la comunidad LGBT los espacios que habían venido haciendo suyos como lugares de encuentro y solidaridad de grupo.


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